viernes, 4 de febrero de 2011

Obsession no es un perfume de Calvin Klein




First play, luego lee.

Supongo que, a estas alturas, no será ninguna sorpresa que confiese en voz alta mi falta de salud mental. De esa que se cultiva y se persigue como si de gentil damisela doncella se tratara. Pues no, me mola más darme a las obsesiones, de cualquier tipo, y convertirlas en un método friki de conocimiento y follabilidad.


Normalmente mi época de rememoración de la aventura americana me suele durar hasta Abril, poco más o menos, y degenera, en un momento u otro, en el epígrafe "Olores Americanos" Y ya se sabe que no hay nada, nada, NADA, más evocador que un olor. Y que un clavo saca a otro clavo ( y es aquí donde hago un inciso para compartir que me he llenado un balón, de esos que se usan para beber malta escocesa, de Juan Daniel con Coca-Cola. Hasta arriba. Y que me está haciendo efecto. Intento escribir deprisa, antes de que pase volando una mariquita que tengo viviendo en el salón en una caja con algodón, al lado de un plato con agua azucarada, y se me vaya el santo al cielo....de qué estaba yo hablando) 

Ahh, sí. El café. El café mezclado con...lo que sea. Los granos de café envueltos en chocolate negro que molía, por la mañana temprano, antes de irme a trabajar. El termo de medio litro lleno de café, en el coche, y el olor del vaho achocolatado huyendo raudo en la atmósfera nevada  de las 8 de la mañana. El café con vainilla, en medio de la noche, bebido deprisa en el parking del Seven Eleven. Cafés. Millones de ellos, día tras día, hechos en mi cafetera Spazialle ya de vuelta a España, mezclados con sirope Davinci de caramelo...Bum, es ese caramelo el que me retrotrae a la aventura americana. Y vuelta a empezar.

Soy formadora de baristas. ¿A qué mola? Esa es mi profesión. Enseñar a los especialistas en café a hacer su trabajo. Y a hacerlo bien. Es una profesión que tiene todo el encanto de lo gourmet, de lo caro, de lo que está fuera del alcance del gilipollas medio, algo que parece traído, por los pelos, del siglo XIX. Esas cosas que sólo se pueden disfrutar cuando apagas el móvil, te olvidas del puto internet y te sientas a comprobar  si los sentidos aún te funcionan, después de haberte pasado 6 días haciéndote pajas. Con chorradas. El encanto de las cosas que permanecen cuando todo lo demás se ha olvidado, perdido y dejado de tener importancia. El café. El olor del café. El olor del caramelo DaVinci sobre el café. Philadelphia. No tengo salud mental ( pero si un pedo bastante importante. No pienso vomitar)

El epígrafe "Olores Americanos" suele degenerar en el epígrafe " Yo tenía un perfume/ Odio al puto Paco Rabanne" Ya está dicho, un clavo saca a otro clavo. Yo tenía un perfume, allá por los años 80, que olía a gloria, a vida y a ...bueno, según algunos de los perfumistas más reputados del mundo, olía a "yegua sudada". No puedo negarlo, porque nunca he hecho sudar a una yegua, pero sí puedo asegurar que ningún caballo me ha olido nunca  a La Nuit  de Paco Rabanne. Encontrar el perfume de tu vida se parece mucho a encontrar al amor de tu vida, con la diferencia de que la mayor parte de los frascos de perfume no están pensados para el sexo. Este sí, pero bueno, no me refería a eso. Bah...da igual, porque lo dejaron de fabricar.

La evocación de los olores americanos suelen llevarme de cabeza a la evocación de todo tipo de olores, al recuerdo de mi perfume perdido y al odio sanguinario hacia Paco Rabanne. A lo que sigue una época de peregrinación por la sección de perfumería del Corte Inglés a la caza y captura, siempre infructuosa, del perfume que tape este agujero purulento que tengo dentro, que pare tanta rememoración y tanta hostia. Que me deje vivir. Un poco, un poquito aunque sea. Algo que huela a yegua sudada, a caramelo DaVinci, al primer expresso erogando en una Spazialle de tres grupos, a 9 bares exactos, por la mañana temprano antes de abrir la cafetería; algo que lleve la bergamota del Álvarez Gómez que se olía en  los miles de kilómetros hechos en coche de mi infancia, la naranja y el clavo de olor que aromatizaban los armarios en los que me escondía de niña, el musgo de roble de los árboles entre los que jugaba, el cuero de mi cazadora preferida, el palo rosa y la madera de sándalo de mis libros preferidos, el ámbar, el jazmín y la madera de cedro que tanto me evoca; el pachuli de mi primer disco de Madonna. El sucio y sexual almizcle. Algo que arrase con todos los chipres que llevo oliendo, y descartado, desde hace 25 años. La panacea universal. El perdón de todos los pecados. La resurrección y la vida eterna. Amén.


Creo que lo he encontrado. Esta vez sí. Lo he encontrado. Ya verás como sí. No lo venden en mi ciudad y, por supuesto, no me lo puedo permitir. Pero, creo, que es ÉL. 


Que llegue de una puta vez Abril...



15 comentarios:

  1. Para que luego digan que los fumadores pierden el sentido del gusto y del olfato!!

    Lo que evocas y lo que estoy evocando. Uuffff!! Y, mientras, escuchando el viva Elvis, que me está dando un orgasmo detrás de otro. Gracias por tantos regalos.

    Él perfume parece de Guerlain ¿no?
    Lo buscaré :)

    :9)

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  2. Evocar, evocar sin parar por el ancho maaaaar...

    ¿Te he contado que no huelo el gas butano y que no puedo cambiar yo sola la bombona? (Por lo mismo)

    ¿Te he contado que este verano, se me apago la llama de la cocina, conmigo dentro, unos 30 minutos? Lo justo entre encender un cigarro y otro:S
    Se olía el gas hasta en el portal. Pero yo no, huelo bergamotas y pachulis, pero no el gas...

    Raro olfato elmío.

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  3. Se me olvidaba:
    OMG!
    Es de Guerlain, sí. Las gracias a Elvis, como siempre ;)

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  4. Jo, yo sí que no huelo nada. Tardo semanas, sino meses, en pillar el olor de una pareja reciente. Pero ese se queda allí escondido, para aparecer alguna vez...

    Pero de lo demás fatal. Y creo que el olor es básico en los recuerdos

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  5. Incomprensible, habida cuenta de la tocha que te marcas.

    Lo del olor de la parja reciente. Es imposible enamorarse de alguien a quien no hueles, o que no te huele bien, ¿no?

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  6. Es imposile enamorarse de alguien a quien no hueles, cierto. Es más, un olor, que no tiene por qué ser necesariamente malo, puede enviarlo todo al carajo.

    O una voz, ya puestos. También.

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  7. el equilibrio psicologico anunciado en television,,,,,adoro el cafe y sus consecuencias.

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  8. fishy
    Edito: Es posible enamorarse de alguien a quien no hueles, pero imposible enamorarte de alguien cuyo olor te desagrada.

    Yo tengo voz de pito, gracias.

    Bienvenida ;)

    jok
    El mismo.
    Bienvenido

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  9. Mae... la cuestión no está en la voz del que habla, sino en el oído del que escucha.

    Esto me ha quedado mu ñoño,pero tu ya me entiendes.

    Gracias ;)

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  10. Al final todos mudos y sordos, verás...

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  11. No entiendo nada de perfumes, sólo de olores. A veces ocurre, hueles algo y ahí está. Tan real como efímero. Tan cercano como misterioso.

    Si conociera la marca que distribuye ese olor de mujer, con su código de barras, y su precio, y su abierto de 10.00h a 20.00h, perdería toda la magia. Jamás he regalado un perfume, se me han regalado ellos a mí.

    Suerte con tu nuevo olor!

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  12. Me parece bien difícil reprimirse a evocar toda una vida sólo desenroscando un tapón :)

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  13. Te Apoyo!!!! YO TAMBIEN ODIO A PACO RABANNE. Bueno a menos que nos devuelva La Nuit

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