jueves, 21 de enero de 2010

Horror en el Hipermercado



He estado en una gran superficie. ¿No es horrible? Sí, lo es, pero he caido en el Carrefour común, que se lee como se escribe, C-a-r-r-e-f-o-u-r, que por cierto y así sin tirar de wikipedia es una isla haitiana. ¿No es horrible?. Lo es.

Tenía un plan perfectamente estructurado para pasar la tarde, copa tempranera y amigable, compras de comida basura, vino bueno y película para redondear. Tenía el rabillo del ojo alargado con eye liner (que también se lee como se escribe) y , dadas las circustancias, y esas ojeras moradas que hacen que los niños por la calle me confundan con un mapache, estaba mona. Luego me ha dado por pensar que soy una escapista. No confundirse, estoy muy a favor de escapismo, del tipo que sea, pero llega un momento que tanto escaparse una acaba llegando a los cincuenta, y tampoco es cosa. Y estoy perdiendo pulso, nervio, leñe, yo me entiendo. Acomodaticia. Así que he hecho una llamada, he plantado a alguien (que me debe querer mucho, porque se acuerda de mi cada dos años. Probablemente porque la pica el chocho, con perdón, pero tengo alguna amiga así, que me recuerda del Valladolid la nuit y se cree que todo el monte es óregano y que la voy a sacar de parranda, a desfasar y, con un poco de suerte, a mojar. Y yo en mi vida he desfasado en una noche de parranda. Yo cuando desfaso es el resto del día; por la noche, como mucho, me creo un estado de conciencia artificial y me siento en un rincón a comprobar ciertas teorías antropológicas que me suelen venir de inspiración en esos momentos y a gozar, en la lejanía, de los personajes de la noche. Pero vamos, que estos arranques de picor chochal siempre les dan a mis amigas casadas, que digo yo, si quieres echar una cana al aire fóllate a tu jefe que algo te quedará, a mi déjame en paz). Por dónde iba...

Se me ha roto la máquina de hacer pan. Es una catástrofe comparable con el advenimiento de los putos jinetes del apocalipsis. He sido buena. Me he olvidado de la botella de Emilio Moro que me iba a trajinar con Macizo esta noche, y he decidido ir a comprarme una panificadora nueva. Me he pertrechado para la contienda, las gafas de ver, varias capas de ropa de fácil poner y quitar y la Zen repletita de Lady Gaga. Sí, Lady Gaga, ¿qué pasa? Antes iba de compras con Metallica, pero me ponía violenta y me pegaba con las viejas que se me intentaban colar en la caja de máximo 10. He llegado a la puerta del local. He cogido aire, auriculares, volumen al máximo. Pumpumpum. Tiempo total para la compra de una máquina de pan, un kilo de harina sin gluten y tres pastillas de levadura: 7minutos 38 segundos, de puerta a puerta. No está mal, ¿eh?. Soy una puta máquina. Me da la misma impresión ir de compras a un centro comercial que coger los bártulos y marcharme a otro continente, osea, mucha. La gente de los grandes almacenes es rara, hace cosas raras y viste de manera rara. O eso, o los españoles son muy peludos y llevan muchas cadenas de oro, no sé. Divago.

El pan se cuece y el aire huele caliente y limpio. Avanzamos, porque si nos paramos nos morimos o aún peor, vemos la televisión. Los días cambian pero la orilla del río, de noche, es atemporal; me haré un bocadillo de pan reciente y me iré a pasear entre el barro de la crecida, con los perros, y la sensación de ser una heroína.

Divago.

10 comentarios:

  1. No sé por qué me gusta leer tu blog cuando me levanto, será que me activa algo. Eso sí, me quedo con Metallica.

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  2. Me alegro de que te pases. Para lo que sea.
    No hay que elegir entre Metallica y Lady Gaga. Ya hablaremos del tema jajaja...

    Curiosidad: Cuándo sepas qué es lo que te activa, cuéntamelo, eh?

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  3. No son incompatibles, no :)
    No sé por qué me da que me activa un poco la autoestima, que últimamente ya sabes cómo anda. Pero cuando lo descubra, te lo contaré.

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  4. Hola, Maeve, a mí tampoco me gustan las grandes superficies, porque se pierde mucho tiempo comprando, cuando el tiempo es oro.
    Un rampybeso y feliz fin de semana.

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  5. Odio las grandes superficies. Pero las uso.

    Eso sí, la mejor forma de salir indemne es llevando una velocidad de crucero que sólo Usain Bolt fuera capaz de superar... sólo si no voy acompañado.

    Planifico la compra, identifico mentalmente los pasillos-objetivo antes de empezar y metódicamente los recorro, mientras cargo el carro, comparo precios y tacho mis adquisiciones de la lista.

    Todo muy organizado. Quizá debería hacérmelo mirar.

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  6. Si tengo que ir a comprar al Hiper me gusta ir sola y cuando no hay gente. Me agobia la multitud. Y voy a toda leche, casi como Carlos pero más desorganizado, jeje.
    Tengo casi el mismo problema con las amigas, pero en mi caso con las solteras. Al final, aunque no lo pretenda, la que liga soy yo y se mosquean. Tengo que ser más borde, pero es que se me escapa mi encanto natural.
    Petomusus mil

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  7. hécuba
    Eso es muy halagador, guapa :)

    RAMPY
    Espero que tu fin de semana haya sido tan bueno como el mío.

    Carlos
    Sí, estás fatal. :P Que comunicador estás ultimamente.

    Wizzi
    Jajaja...mmmm..así que tú también tienes amigas zorrones, y además las tuyas, envidiosas. Sí, lo de tu encanto es imparable ;)

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  8. Joer! El que faltaba...que la abuela fuma.
    Por cierto, en esta mi casa guardate el petarda, petardo :P

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  9. No me gustan nada los centros comerciales. Y eso que parezco muy comun...

    No es la primera vez que se te rompía la máquina de hacer pan.

    Divagas.

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