jueves, 24 de diciembre de 2009

Un post viejo, un post nuevo, un post prestado, un post azul...

Esta semana tres personas me han recordado, por razones diferentes, este post, publicado en otro sitio; me apetecía escuchar villancicos de Bruce y que quedará guardado aquí:




En (no tan breve): El enano cabezón

Érase una vez una muchachita de Valladolid...ah no, que esta vez no va de mi. Gracias jaytowerr . Recomencemos:
Érase una vez un muchachito de Nueva Jersey que hacía musica. Era dígamos raro, greñudo, patilloso, con el gusto en el vestir directamente en el culo, vamos que era feo. La antítesis de los relamidos duranesduranes que adornaban las carpetuelas adolescentes desde fotografías de la Superpop, o mejor de la Bravo, que era en alemán y molaba más.


Una foto de Bruce en la carpeta era una proclama adolescente y absurda de tu carácter de outsider. Bruce era un tipo desconocido-curiosamente- conocido, cualidad de la que ha disfrutado vaya usted a saber cómo y por qué durante muchos muchos años. Pero tambien era feo y paletoide y, sobre todo americano. Así que se suponía que si te gustaba es que de música "entendías". Que en los primeros 80 entender no era más que saber inglés, comprender las letras de esa música que no entra por los oidos sola, chiclosa y reiterativa y, tal vez, tener un primo en Londres que te mandara vinilos raritos y te pusiera al día. Entender, aunque fuera de una música yanqui ( y que poco molaba lo yanqui, que poco cosmopolita era las americanadas, amigos) era chachi. También que eras un poco rarito.


Born in the U.S.A. no mejoró la fama de aquí el amigo y sus fans. La canción sonaba hasta en las discotecas, ea!, pero ¿no grita el tipo este algo así como que nacer en USA mola? Pues eso en la era Reagan era menos mola, eh?
Así que los fanes hinchábamos un poco el pecho, tal vez intentábamos explicar el malentendido conceptual ( sólo un poquito, sólo hasta que se nos saltaba la vena del cuello), y dábamos la espalda a esos paletos sintiéndonos un poco más outsiders, un poco más entendidos y sobre todo, un poco más legales. Porque hay que ser fiel a tus sueños, baby, y nosotros nacimos para correr...ouh, yeah!


No hay que olvidarlo, lo importante era la música. ¡Y que música! ¿Qué era eso? Y es que en la era spandauballesca, en la música de Bruce sonaban GUITARRAS. Jópelines qué fuerte. Nada de masturbamástiles heavymetaleros, hablamos de distorsión con una Telecaster. Güau.Y pianos también. Unos pianos atmosféricos y etéreos ( gracias Roberto Terne) que mantenían la melodía cuando el resto de los instrumentos se habían perdido. Y ese Hammond tan sesentero, sniff sniff. Las canciones crecían y crecían y cuando por fin dudabas entre correrte o ver si aguantabas hasta la siguiente, explotaban en solos de saxo. Todo muy raro, muy orgánico, todo muy como sentías que la música debía ser, aunque no tenías ni idea del por qué.


Mientras los colegas se reunían en bares y discos, las amigas saltaban locas con Bad Boys (Sis, no me arranques la cabeza), tú te quedabas escuchando a Bruce en tu cuarto una y otra vez, los tres, cuatro, cinco únicos discos que existían, intentando hacer adeptos entre los más íntimos con quien compartir los sonidos que ibas descubriendo, las voces de Sam Cooke, los ritmos del soul y el blues, el piano de Jerry Lee Lewis, traduciendo letras que explicaban no tan sólo lo que sentías, si no que lo que sentías no estaba mal. Que estaba muy bien. El tipo feo sabía lo que se decía. Hidding on the backstrets, hidding on the backstreets, hidding on the backstrets... Épica de ciudades desconocidas para ti, el caluroso Nueva York del Serenate, la magia del Incident. Los alemanes tiene una palabra para describir la añoranza no de los lugares conocidos, si no de esos sitios a los que nunca has ido y que te duelen como si te los hubieran arrancado de dentro: Fernweh (nota cultural informativa nº1).

Y esos tres, cuatro, cinco discos era lo único que había para acallar la sed de más. Más música popular americana, jódete Rick Ashley, más de las raices del rock, más the screen door slams, más Bruce. Un disco cada 5 años, ni una gira, ni un reportaje en televisión, ni una entrevista en los periódicos, apenas una nota con foto, mala, en la prensa especializada. Bueno, eran tres revistas ¿y qué? llamémoslas prensa especializada. Eras un bicho tan raro que hasta la portera de tu abuela conocía lo tuyo con Bruce, y aparecía un día con una foto recortada de una revista , la buena mujer: - " Toma hija, una foto del bruzeprintin ese que tanto te gusta " Joder señora que vergüenza, traiga esa foto pa aquí. Bruce era un tipo güay, era un tipo íntegro y legal que sólo publicaba discos cuando sabía que te ofrecería lo mejor, se batía el cobre al parecer en conciertos interminables por sus fans. No estaba vendido a la prensa, ¡payola, payola!, no sacaría un grandes éxitos en agosto y una recopilación en Navidad. Bruce no fallaba, no dudabas, no era un vendedor, compartía contigo una idea, a notion deep inside...


Mi cuñado me regaló una cinta grabada con The River en 1981: Tenía 9 años. (Ves Jaytowerr, ya he conseguido hablar de mi ). Bruce Springsteen está tan intrínsicamente entrelazado con mi vida, mis vivencias, mis recuerdos, como pueda estar. Pero tambien es cierto que, exceptuando la Seeger, desde el 92 no hace nada que me emocione. No me malinterpreteis, si Bruce saca un disco, toca en la Alpujarra, se hace una foto enseñando la tetilla abuelil a través de una camiseta de rejilla colorá, yo me emociono. Me emociono por que me bulle en la piel la primera vez que escuché The price you pay, me fumo un canuto en mi cuarto adolescente enfurruñada con el universo y con la nada y me llueve Bruce sobre los hombros hasta que no existen más que esos cuatro acordes tontos y promesas en inglés. Sólo para mi. Me emociono cuando viene a España, yepa! una vez más qué sorpresa y el tío imbécil toca en mi ciudad, espera que me río, Bruce en Pucela, y me he fundido toda la pasta del mundo en la gira anterior. Me emociono porque ha tocado Don't look back en la conchinchina y por la tontería robo horas del poco sueño que sueño. Me habla en Donosti y me emociono mandando mensajes como si le importara una mierda a alguien que Bruce me use de puchinbol...en fin


Pero chicos, se me cae el mito por todas partes y no hago más que repetirme que las cosas que hace son y deben ser normales y si no estaré, como he hecho siempre/todos hacemos desde siempre, exigiendo mucho a quien no tengo nada que exigir. Pero es que el Grandes Éxitos y el Grandes Éxitos americano y el Essencials uno y dos, y el 18 Tracks y el sistema de ventas de Tomapelos Ticket, tocamos aquí, ya no tocamos aquí, compra corre que te quedas sin, al final tocamos allí... Y ese escenario vacio de espectáculo porque el espectáculo era la música cuando Bruce se paseaba por entre los asientos en pruebas de sonido eternas, si haces algo hazlo bien porque si no estás engañando, y del que yo nunca disfruté, mierda de sonido. Sonido de mierda, sonido de mierda. Ese escenario vacio ya no tiene sentido.


Me lo paso como una enana con el Bruce del Magic y del Working on a Dream, pero en un concierto lo que hace que se me salte la lágrima boba, no me mires así, tú estás llorando igual, es que ha tocado Streets on Fire en mi ciudad, mi puta ciudad, hay que joderse, voy a desayunar con unos amigos, andá ¿ese no es Bruce Springsteen? Pues sí.


Y supongo que esto demuestra que lo seres humanos nos empeñamos una y otra vez en querer repetir momentos irrepetibles, sobre todo si nos los perdimos: Escuchar el primerizo The river en No nukes, primera fila con tarta incluida, el Botton Line (todo el mundo estuvo allí), las putas entradas para el calderon del 88 que tuve en la mano y nunca pude usar ( te odio te odio te odio, te odiaré por eso hasta el día en que te mueras), Bruce en el Stone Pony por sorpresa noche tras noche, el Spectrum del 78, ¿tocará esta noche Follow that Dream?.Pero no se puede vivir donde no llegaste y ver desde el pit a Bruce mil veces no me lo va a compensar. ¿Me estafo yo sola por creer que viviré la leyenda que tan bien conozco, cuando lo que escucho y veo ahora no me alcanza el mito?, ¿me estafa Bruce en persona personalmente, Catarela? Luego pienso que mañana me despertaré con una sorpresa estilo Springsteen y me tendré que comer la mojigatería de fam idiota. Luego pienso que es sólo música, tampoco hay que hacer de ello una razón para vivir.


Luego siento un poco de miedo, el puto enano cabezón este...


Tonto integral el que lo lea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario