martes, 22 de diciembre de 2009

Tantrúm con hielo (mezclado, no agitado)







¿Sabíais que los edificios construidos antes de los años 80 no tiene aislamiento térmico? Yo sí, veréis: Soy la digna y orgullosa propietaria de una calefacción por acumulación eléctrica que ya está pagadita del todo. Para un apartamento pequeño no fué difícil decidirse. Entre las facturas mensuales de gas con el gasto de la compra de caldera de una calefacción de gas natural y los acumuladores, Macizo y yo nos tiramos de cabeza. Y es así como hemos pasado unos deliciosos años de calores invernales..y calores veraniegos; el jodido aislante. Pero, amigüitos, ete aquí un día en el que, después de convencer a  la mitad de la población occidental de las bondades ecológicas de la acumulación eléctrica, nuestros bienamados dirigentes decidieron que el gas, ahora, mola más. Y la tarifa eléctrica nocturna desapareció. Es por ello que ahora vivo a merced de los designios de mi vecino de arriba: Sr. CalefacióndeGas. Cuando el enciende la calefacción tengo un chivato que me avisa de inmediato: Se me descongela la nariz y me gotea. El resto del tiempo soy Rudolf, el reno feliz.

Esta mañana me he despertado antes del amanecer y la casa estaba fría no, lo siguiente: Helada. Creo que Sr. CalefaccióndeGas está pasando las vacaciones fuera. He abierto las persianas y el pequeño mundo urbanita en el que vivo estaba blanco y mullido, como un edredón de plumón bueno. La nieve, inmaculada; sin la sola marca de las huellas de unos neumáticos. Pero cuando he llevado a los perrillos a pasear, la lluvia había convertido la nieve en una pista de patinaje y los bajos de mis vaqueros nuevos en una bayeta mojada. Las tripas de los pobres perros, un lodazal. De vuelta a casa han sido 30 minutos de secador para poderles dejar pisotear el sofá y descolocar las mantas, actividad está que me pone de los nervios ansín de buena mañana.
-Calma, Maeve- me he dicho-, ignora a las bestezuelas-, y me he vuelto a la cama a despertar a Macizo con el mejor despertador natural que inventó Dios. Me he dormido. He abierto un ojo. Las 2 y media de la tarde. Y hoy tenía por la mañana una celebración familiar.
- Tranquila Maeve- me digo- Que no cunda el pánico- y me he avalanzado a la cocina (golpe con la cómoda en la rodilla) a calentar agua  para ponerme café caliente y amargo en un infusor rápido en vena..No hay café. ¡Mierda puuuta!
-Vale, vale, vale, que no panda el cúnico, compremos café y a desayunar.- Pero en la cartera no me estaban esperando los 40 euros que dejé el viernes con sus alegres colores. Voy al escondite de reserva donde debe haber 150. Vacio y oscuro como lo más profundo de un agujero negro, como el alma de un párroco irlandés: Como el sexo de Belladona.

Nervios nerviosos. Macizo además, no está. Macizo, os diré, es dislexico. Un dislexico del trece, así que es posible o no que me haya dicho o no que este mediodía iba a salir o no y gastarse o no mi presupuesto para estas Navidades. O no. A buena se lo ha ido a decir. Lo que seguro que no ha hecho es dejarme una nota (humor negro)

Lo bueno de tener un tantrum sin público es que te quedas con el estado de ánimo sereno y frío de un estanque japonés. De un estanque japones de alta montaña, a menos 23 grados centrígados. Así que me  he limpiado las lagrimas, me he maquillado, eye liner, colorete, rimel, Dior 999, he abierto un paquete de Chester y me he desayunado seis, una botella de Coca-Cola y una lata de pulpo al ajillo que, por cierto, estaba bastante buena. Ningúna situación es demasiado mala para obviar una cuidadosa apreciación de la gastronomía de esta, nuestra variada patria. Luego me he levantado del sofá y me he cargado el teléfono móvil estampándolo contra la pared, no sin antes avisar a los dos perros para que no se asustaran y apartarles de la trayectoria de proyectil tecnológico. Que conste que he hecho una selección de los objetos rompibles: La lámpara de pie, el televisor, el portátil, el ordenador, la Zen, dos de mis muelas y un par de primeros ejemplares de Ernest Hemingway (misógino cabrón). Ha ganado el móvil por goleada: Tengo 4. Soy una asperger responsable, cuidadosa y concienciada con el medio ambiente.




Notas a pie de página: No he bajado a la calle de paseo con vaqueros si no con el chandal tirado de andar por casa que me arrastra y me piso por los bajos. Porque estaba muy dormida. El café sigue en la balda de la derecha donde lo dejé ayer tras desfragmentar los armarios de la cocina. Los 40 euros de la cartera se los había llevado Macizo a la comida de empresa que era hoy (como ha estado recordandome los quince últimos días); me he dormido porque no programo el despertador.¿Y por qué no lo programo? Porque los estampano contra la pared por las mañanas y todos los de la casa, menos uno que esconde Macizo, están jodidos. Macizo ha intentado despertarme dos veces y, de hecho, lo ha conseguido; ha estado hablando conmigo, me ha advertido que se iba y al parecer yo, amable y sincera, le he deseado una buena comida (No, si va a resultar que soy sonámbula también). De los cuatro móviles he convertido en metralla el Nokia Express Music con pantalla táctil; hace frío en la casa porque anoche me dejé los cuatro acumuladores descargándose en vez de en carga y por último...no sé... ¿ Es posible que me haya roto la rodilla?

Macizo es un santo varón. Los 150 euros no han aparecido.

2 comentarios:

  1. Pues yo lo de los acumuladores lo llevo fatal y estoy con ellos desde hace más de diez años, pero no me acaban de convencer.
    Nada... que no tengo un buen día :)

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