lunes, 9 de mayo de 2011

Rotos y partidos

 Hagan ustedes lo que quieran...



No somos más que meros emigrantes en nuestra propia vida. Desde el día en que nacemos. Nos limitamos a hacer apariciones sorpresa en las teleseries ajenas, como artistas invitados y, allí donde vamos, nos dejamos girones de nosotros mismos. Como el emigrante que, una vez que ha pisado suelo extranjero, ya no se sentirá pertenecer del todo ni a la tierra en que nació  ni a la que, a desgana, le adopta. 

Vamos perdiendo trozos en todas partes, nos guste o no, nos gusten o no. En la escuela, en la clase de música, en la cocina perfumada de canela de la abuela de nuestra mejor amiga de la infancia, en el pasillo frío y húmedo donde el profesor de matemáticas nos castigaba, las largas tardes de invierno, en los labios del primer beso, en la tierra húmeda manchada de la sangre de nuestras rodillas. En la biblioteca lúgubre, en el trabajo asqueroso que paga las facturas que no quieres pagar ni, en realidad, necesitas.

Partidos, rotos a pedazos, mirando por la ventana y deseando estar en cualquier otra parte, estemos donde estemos. Siempre añorando cuando no queda posibilidad alguna de recuperar lo vivido, lo perdido, lo desaprovechado igual que lo odiado o que lo maldecido.

Lo has perdido todo. ¿ Te das cuenta? Desde aquí puedo notar tu añoranza, tu deseo, todo lo que piensas, lo que sientes, lo que no quieres siquiera saber que estás sintiendo. Lo has perdido todo. Te puedes asomar a la ventana y dejarte más trozos de tu vida, si es lo que quieres, que no podrás recuperar lo que nunca has tenido. Ventanas abiertas tras puertas cerradas.

Mientras tanto, la vida pasa. Mientras mandas mensajeros que te allanen el camino, infructuoso, mientras mandas mensajes escondidos en botellas que se pierden, porque nadie quiere ya leer su contenido. El tiempo pasa y se te acaba. Y no has aprendido. Nada. Rotos y partidos. En el Club de las Ventanas.

Paga un precio. Como el resto de nosotros, rotos y partidos.



8 comentarios:

  1. Y yo que creo que en cada esquina en la que tú dices que dejo trozos lo que sucede es que planto semillas que irán creciéndome por dentro con la vida? Claro que esto no es fácil de explicar... Pero es justo al revés de lo que cuentas, o mejor dicho de lo que he entendido. Al revés. Voy forjándome, completándome, haciéndome más grande. No tenía un todo que he ido desprendiendo en trocitos pequeños, más bien era un poco que con trocitos de experiencia va llenándome los huesos de más yo. Una Ana más grande, luego más y luego otro poco más.
    Tú me entiendes? Yo sólo un poco, pero creo que es suficiente para mí... :)

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  2. Aprendido.

    Esa es la lección, que sólo se ve desde el otro lado de la orilla.

    Las semillas esas, que son tú y que vas dejando por ahí...hay que regarlas. ¿ Entiendes?

    Esa es la otra lección. Y lo que escribo el la visión desde el lado malo. No me recreo. Lo siento para trascenderlo. Me lo ha dicho alguien más sabio que yo.

    A veces, el proceso de pagar, es un poco más largo de lo que cabría esperar.

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  3. Aprendo y cada día soy más libre, es decir, tengo menos miedo.
    Y sí, lo sé, sé que cuando escribí me estaba mintiendo, pero pongo lo malo por escrito para retenerlo, estudiarlo y destrozarlo.

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  4. Pagando y cobrando. Y encontrando cosas inesperadas, como siempre que no se busca.

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  5. ¡¿Cobrando?!

    Sí. También cobramos :) Petonits!

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