miércoles, 6 de abril de 2011

La conexión espiritual

Por razones que no vienen al caso, se me ha acusado de sacar el tema sexo a la mínima de cambio. No creo que sea cierto: Hablo tanto de sexo como de comida, con un tanto más hacia la comida, al fin y al cabo, como más que follo, por razones obvias y como casi todo el mundo. Menos Nacho Vidal, pero es que él nunca ha sido de mucho desayunar.


Tampoco entiendo de qué pretende que hable la gente con ellos, ¿ de la literatura norteamericana contemporánea? ¿de ictiología? ...no sé. Es un asunto de tema de conversación. El sexo interesa a todo el mundo y hay pocas cosas de "  El Mundo" que a mi me interesen. Que me interesen más que el sexo.  Que con esto no os estoy llamando aburridos. O sí. No sé. No me interesa.

El asunto es que la primavera llegó. Y parece que lo hubiera hecho repartiendo cachondina, en vez de polen. Es como si por todo el planeta hubiera corrido un espasmo de deseo sexual que tiene a la gente cautivada. Literalmente, vas por la calle y el personal tiene cara de felicidad tonta. De esa que se te pone cuando prima más en interés de tu entrepierna.

No hay nada que me resulte más entretenido que formar parte de un grupo de gente cuyo (tal vez) único nexo de unión sea la excitación sexual. Me divierte y me fascina, a partes iguales. Hay algo de comunión comunitaria, como el nervioso momento que precede, en una cena multitudinaria, a la llegada del primer plato. Y si son langostinos, más aún.


Lo comentaba con Nebroa el otro día, y luego he estado dándole vueltas al tema, como se confunde tan fácilmente el erotismo con la pornografía hoy en día. En como se pasa y se ha pasado a velocidad vertiginosa del: " Tú, tú y sólo tú y a ti solamente te deseo porque sólo tú me pones como me pones" al "lo que sea que quiero lo quiero ahora  y quiero que me lo de quién sea". Erotismo. Pornografía. Y a mi, eso, no me vale. 

Así que sí, aquí estamos nuevamente hablando de sexo. Del me pones tú, pero sólo tú y, si no te tengo a ti , me quedo tan tranquila con mis ganas, que son mías, de ti. Hablando de que todo el mundo parece estar, precisamente, así. De que eso está bien. De que me divierte. 


Pero si preferís dejamos el erotismo y volvemos a hablar del viejo metesaca de siempre. Aunque para eso no hace falta un blog, ni nada en realidad. 



6 comentarios:

  1. A mí lo de la literatura contempóranea norteamericana ya me gusta...

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  2. Es por eso que contigo no hablo de sexo :)

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  3. También podemos hablar de sexo si quieres, claro. E incluso combinar los dos temas y hacer un comentario sobre el mensaje implícito en La máquina de follar de Bukowski ;)

    Un beso y eso :)

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  4. Perfecto. A eso me apunto y, contigo, siempre :)

    Besos mil.

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  5. Pues hay mucha literatura norteamericana contemporánea que habla mucho del sexo sin practicarlo tanto. Por cierto, ¿has leído El animal moribundo, de Philip Roth, por ejemplo? Bukowski también vale, pero se come menos la cabeza :)

    A mí me encanta la sensación de primavera. En todos los sentidos, físicos y espirituales.

    Besos!

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  6. NoSurrender:
    Pues sí, he leído a Roth. Una sola novela, que me dejó una sensación...como de trampa. No quiero ir a mirar que novela fue. Igual porque me pilló en una época en la que no era capaz de valorar a los escritores "tramposos". Quizá le de otra oportunidad, algún día, pero por ahora permanece en el rincón de los castigados, durmiendo en el suelo.


    La primavera es lo más, por mucho que rabiemos :)

    Besos para ti.

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