miércoles, 30 de marzo de 2011

From Lost to the River

 


Si la página de inicio del Feisbuk me definiera como persona, ya me podía morir tranquila. A veces, yo misma en mi mismidad, me acojono de como me pueden interesar mínimamente tantas tonterías y, aún así, irme todos los putos días a la cama con la sensación de que no aprendo suficiente cada día, de que no me esfuerzo suficiente cada día. De que no aprovecho suficiente lo que tengo. Entre las orejas, en la mollera, me refiero.


Una de las cosas que me tiene más fascinada de la edad adulta es esta sensación novedosa de ser gilipollas. En el sentido de intelectualmente estúpida, quiero decir. Y no me acostumbro. Voy por la vida con una sonrisa incrédula provocada por mi propia imbecilidad. A pesar de que soy plenamente consciente de que el mundo, como sociedad, va cuesta a bajo y sin frenos directo a la estupidez más absoluta. Yo, más.

Tenía un profesor de cine que, a parte de introducirme en los secretos del lenguaje cinematográfico (algo que nunca podré agradecer lo suficiente: Esas imágenes han quedado grabadas en mi retina a fuego y para siempre, permitiéndome poseer un bagaje visual y cultural que toca y convierte cualquier momento que me rodea en la más absoluta poesía y me permite sumergirme en la vida bajo el agua donde y cuando me place. Melancolía) y regalarme mi primer cassette de Tom Waits, me repetía continuamente que mi problema fundamental era mi desorbitado afán de perfeccionismo. Como si fuera una observación que me fuera a servir de algo, a parte de poder rememorarla en cada ocasión en que me veo a mi misma, desde fuera, paralizada figurada y literalmente ante cualquier obstáculo idiota que se me presenta. 

Así que, supongo, aquí estamos ante la consabida , temida y ,de tantas veces mentada y repetida, ridícula crisis de la mediana edad ( ¿ esa es la edad que tengo? Carajo) convertida en un manojo de parálisis perfeccionistas. Más o menos en el lugar que me dejó la crisis de los 30. Para una persona que se ha esforzado tanto, tantísimo, en no crearse las ataduras que tanto temía ver en su horizonte a los 20, estoy bien atada y amordazada. Así, porque la vida fluye y si te descuidas y no te mantienes vigilante, atarte le mola. Porque sí. Porque a pesar de haberme mantenido en mis trece y haber procurado, con dolor y lágrimas las más de la veces, en viajar ligera de equipaje, parece que en cada vuelta del camino he ido cargando con el pedrusco más gordo que me he encontrado.

Supongo que, si quiero, puedo ser más optimista. Veamos, no, para nada: Mi vida no se parece en nada a las vidas de los que me rodean y, por más que lo intente, no consigo "echar de menos" los beneficios que se empeñan en señalar que ellos tienen. No tengo casa, no tengo hijos, tengo un coche ( que no uso y ni siquiera está a mi nombre): Casi todo lo que me rodea cabría en 15 cajas de cartón. 


Me siento atada igual.


Así que algo no he estado haciendo bien del todo.


Hay una sensación, en un momento determinado de la noche, que me libera de toda carga y me reconcilia con lo que ser un ser humano significa : se acercan la una o las doce. Observo como conservo, indelebles al desaliento, las mismas ansiedades y necesidades con las que vine al mundo. Y eso está bien. Y fluyo.



Al fin y al cabo, también conservo al capacidad de decir lo que pienso y hacer lo que quiero. Cuando quiero.



Lo bueno de no desear "ser" nada es que, al fin y al cabo, nada has perdido.





2 comentarios:

  1. Aparte de ser profe de cine y desear con todas mis fuerzas dejar en algún alumno la impronta que te dejó a ti ese que mencionas, flipo muchísimo, porque ayer salí de casa buscando en el ipod ese Downtown Train que traes, y porque estoy exactamente ahí donde cuentas.

    El otro día me dejó mi hermana flipando cuando dijo, mirándome a los ojos y con toda la naturalidad del mundo, como si fuera raro que yo no me hubiera dado cuenta, como si constatara un hecho evidente, "claro, a ti lo que te pasa es que estás en la crisis de los cuarenta", como quien dice, "claro, a ti lo que te pasa es que estás comiendo pan".

    Bueno, pues mientras ayer caminaba con mis cascos oyendo eso de "they have nothing that will ever capture your heart", o lo que coño sea que dice, pensé en hacer un post con estos mimbres que hoy te leo.

    Por lo tanto, me has jodido. No sé si llamar a la perrera de Lugo donde ayer vi en un cartel en una pared que tienen una galga huérfana y ponerme un puto flequillo. Te odio. Nunca podré pintarme los ojos así.

    Lo que más me inquieta es la sensación de estar atada. Que la siento también, aunque es nueva. Al menos, más nueva que la de sentirme gilipollas.

    ResponderEliminar
  2. Uy, que de trasjiberses adocenados.

    Esto me da para un post aparte, lleno de autocompasión, referencias ocultas y obvias a Pearl Jam, a los 90 y a seguir aumentando mi leyenda personal ( que es la mejor manera de terminar con el pasado. El Tense, me refiero)

    Thanks a lot, so bruja!

    ResponderEliminar