lunes, 6 de diciembre de 2010

Nocturnidad, alevosía, poco sexo. Este cuenco tiene pocos polvos, observo.

Se cumplen tres años de los dos años en los que me morí trescientas veces. Es una fecha memorable que recordar y celebrar. Pues nada, lo celebro desde la cama, donde llevo metida todo el día. Y además hoy no duermo, pero no confundirse; hoy en día, tres años después de morir trescientas veces, duermo la mayor parte de las noches como un niño. Y tengo sueños con colores, con olores y con banda sonora, con sabores, sueños en los que elaboro sofisticadas venganzas, donde viajo a sitios excelentes, como comidas suculentas e, incluso, propino alguna paliza la mar de satisfactoria. Soy exagerada, hedonista y violenta hasta en sueños. Como debe ser.

Cuando te mueres no sueñas ni quieres, porque te da igual, soñar y despertarte, que es lo mismo. Morirse trescientas veces es muy cansado, te dan ganas de poner un poco más de tu parte, sobre todo si no te terminas de morir del todo y, al día siguiente, tienes que comprar pescado en el mercado, te encuentras con tu prima que te cuenta que le han hecho daño los zapatos, que necesita plantillas ortopédicas y tú pensando: " Ayer me morí dos veces, que agonías" Morirse trescientas veces es toda una experiencia, te das cuenta de que pasas la mayor parte de tu tiempo en la tierra pensando en lo que quieres, en lo que te gusta y en lo que te gustaría, y te acaba pareciendo todo una soberana gilipollez. Terminas dándote cuenta de que lo que te gusta no tiene la mas mínima importancia y, que lo único importante, es, precisamente, lo que no te gusta ni una mierda:

-No me gustan los hombres bajos. No se por qué, a todos, les da por ir al gimnasio y ponerse hechos unos armarios roperos, pero pequeños. Algo así como armarios zapateros de esos que tienen las abuelas en los recibidores. 

-No me gustan las mujeres que empiezan las frases diciendo yo. Vamos a ver, si hablas tú, ya queda claro que eres tú. Se omite el pronombre. Digo yo.

-No me gustan las personas que entienden mogollón de algo. Por ejemplo de música. Para entender mogollón de algo hay que dedicar un número de horas proporcionales al mogollón para mogollonear bien sobre el tema. Y si mogolloneas de música, o de cine, de teatro...de lo que sea, ¿no es igual de malo que el que mogollonea todo el fin de semana en la ruta del bacalao? Quiero decir que es una actividad en exclusividad. Me da igual que sea fumando jamaro o follando con putas o yendo a la Joy Eslava a ver al grupo de moda. Mogollonear de lo que sea no puede ser cultura, aunque de lo que entiendas a cascoporro sea de, precisamente, cultura. O vives mucho o entiendes mucho de algo. O eres asperger o es un oxímoron o ya me he liado yo sola con mi propio argumento, pero YO tengo la excusa de que estoy enferma en la cama y no me rige el cerebro. Además YO soy asperger. Os jodéis.Tonto el que lo lea. Mogollón.

No me gusta una mierda la gente que le cae bien a todo el mundo...menos cuando esa persona me cae bien a mi lo cual A: Es raro, a mi no me cae bien ni dios y, B: Por si mismo excluye a dicha persona de esta categoría porque yo tengo un gusto exquisito eligiendo lo que sea, personas, ropa, muebles, enemigos....no, eso no, últimamente tengo unos enemigos que son absolutamente gilipollas. Estoy degenerando. Mogollón. 

Me enferma la peña que me envía historias truculentas sobre animales por el Feisbuk, sólo porque yo soy una firme defensora de los bichos (por ejemplo, me encanta comérmelos a la parrilla) Vamos a ver, hemos de suponer que, si soy animalista, las historias espeluznantes sobre maltrato animal me van a poner a potar y a enfermar aún más que al común de los mortales, ¿no? Es de cajón. Entonces soplapollas, anormal profundo, ¿para que cojones me las envías? De lo que se deduce que las susodichas personas NO son amantes de los animales, si no que son sádicos sexuales que están al otro lado de la pantalla tocándose frenéticamente mientras dan a reenviar correos masivos con fotos de cachorritos mutilados y espanzurriados. Cualquier día salgo en el programa de Ana Rosa: Me voy a terminar comiendo a la parrilla a alguien, ya veréis. 

-No me gusta la gente a la que le caigo bien porque le parezco inteligente, o ingeniosa, o brillante o lo que sea. Me parecen unos desalmandos. Sabed, seres sin sentimientos, que en mi interior hay una persona absolutamente superficial, dedicada a las compras, el maquillaje y los cotilleos; una persona absolutamente prescindible y banal que también tiene derecho a vivir y a existir y a participar de las rebajas de Blanco. Un ser obtuso y bastante sexy, todo hay que decirlo, que tiene su corazoncito. No tenéis vergüenza y me utilizáis por mi cerebro. Y para las pajas, que lo sé yo. Esto último no está mal si sois limpios y si ingresáis 5 euros en mi cuenta corriente cada vez que pensáis en mi perfecta composición gramatical para correros. Si pensáis en mis tetas es gratis. Desgraciadamente, esto no es un peep show.

-No me gusta nada estar enferma porque es, básicamente, una pérdida de tiempo. En serio. A estas alturas debería tener varios premios de rancio abolengo internacional por haber demostrado los errores garrafales en la Teoría de Cuerdas. Sin embargo aquí estoy intentando corregir la afasia intermitente y escribiendo insensateces que demuestran que tres años no son nada, que mis capacidades cognitivas siguen de vacaciones en el Cancún (pagadas con la Visa, claro) y que eso de entrar en Mensa para pasar la tarde se ha quedado en entrar al Corner a pasar el rato. ¡Joder!

Las cosas que no te gustan son siempre las que más importantes, las que te definen y definen lo que acabas haciendo con tu puta vida. No tengo ni idea de porque he empezado con este post...ash, sí. Estoy de celebración. Me morí trescientas veces. Pero ya no. De los polvos no hemos hablado, si eso para otro día.

Ready to start 







7 comentarios:

  1. Dices lo que otros piensan
    Pero eres muy divertida aunque digas cosas muy serias

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  2. O tú eres muy inteligente o yo soy totalmente trasparente...o ambas cosas a la vez y viceversa también.

    Soy muy seria. YO.

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  3. Cuando te vas a morir pero no te mueres lo que más claro te queda es que las gilipolleces son demasiadas gilipolleces, que hay muchos tontos para tan pocas balas y que, eso, que les den a todos menos a tí. Debe ser muy cansado morirse trescientas veces, con una he tenido más que suficiente.

    Aún no tengo claro si nada importa o todo importa, porque cuando nada importa resulta que la vida se encarga de ponerte en otro sitio y lo que habías dicho y hecho se ha ido a otra galaxia.

    Así que ni se te ocurra dejar los polvos para otro día (que ya sé que no). O, al menos, no te quedes con los que me corresponden, jaja

    Feliz cumplealgo.

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  4. ¡Cagontóloquesemenea!
    Me acabo de dar cuenta de que empiezo la mayor parte de los comentarios con el "yodemarras"

    P´a habernos matao.

    Si es que ya no gusto ni a mis congéneres...¿cómo vamos a hablar de polvos entonces?

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  5. wiz
    Si hay que compartir polvos se comparten y no se hable más.

    Fiebre
    ¿Ves como no es culpa mía? Me empeño en amarte pero tú dale que dale con lo tuyo, así no hay manera y no se puede.

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  6. YO soy un queda-bien y, por eso ya no caigo bien a todo el mundo como creía.

    Seria tú jejejejejejje.

    Muy bueno.

    No me caes bien por tu brillantez sino por tus tetas

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  7. Menos mal. Me preocupé durante un segundo.

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