lunes, 18 de enero de 2010

No es Pais pa Viejos



Tengo uno de los ordenadores a los pies de la cama, con la pantalla plana colgada a una altura adecuada para pasar las noches de invierno viendo películas, arropada con el edredón hasta la barbilla, cojines por doquier y dos bolsas de pipas. Aunque no está conectado a internet, si quiero ver algo lo tengo que llevar desde otro ordenador; así el dormitorio sigue siendo un dormitorio y no se convierte en oficina/sala de chateo/extensión de la Wikipedia. Me gusta.
Anoche, ya acostada, tapada y preparada para ver la peli del Domingo, caigo en la cuenta de que no he traido ninguna película, hay que tirar de alguna vieja...No es pais para viejos, que hace más de un año que no veo, estará bien. A oscuras, Chigurh comienza a descerebrar paisanos con su chispeante y alegre estilo habitual. Como es domingo la calle, normalmente una versión pucelana y obrera de Times Square, está tranquila y silenciosa, excepto un tipo, un borracho probablemente, que está gritando a pleno pulmón lo mucho que se caga en dios. Nada fuera de lo normal, Chigurh se juega la vida de un pobre hombre a cara o cruz, el borracho sigue maldiciendo en la calle. Se oyen más gritos. Paro la película y levanto un poco la persiana.
En la calle ha llegado silenciosa un ambulancia medicalizada y un coche patrulla del 091, policias y paramédicos salen de los vehículos y se despliegan bajo los aleros del edificio de enfrente, tranquilos y pausados, como si fueran a tomarse un café a media tarde. El borracho que grita en la calle no es tal, es un vecino asomado a su ventana del tercer piso. Sus amenazas son las siguientes:
1. Como suba alguien la mato.(No especifica a quién)
2. Voy 20 años a la cárcel que me da igual. (Le creo)
3. Yo he nacido para estar en la cárcel. (A veces ocurre)
4. Me tiro. ( Vaya por Dios)
Me enciendo un Chester. Ya he vivido en directo el suicidio de un vecino, hace unos años en plena noche mientras despedía desde mi balcón a una amiga que cogía un taxi...plasss, como el sonido de un televisor viejo que alguien hubiera tirado desde una ventana. Pero no era un trasto viejo, era un ser humano, retorcido y doblado como un trapo.
Llegan otros dos coches patrulla, del 091 y del 092. Salen, se colocan los chalecos antibalas, sacan   los escudos antidisturbios. Los paramédicos están haciendo una risas entre ellos, tal vez hablando del gobierno, de las hipotecas, de un chiste de chiquito...no sé. Todos se mueven a cámara lenta, como si no fuera con ellos, como si todo fuera la mar de aburrido, todos menos el pobre tío que se quiere tirar y grita su desesperación a los cuatro vientos desde la ventana de su hogar, que ya no le sabe cobijar. A todo el mundo parece darle igual.
Sale el dueño del bar de abajo y se pone a hablar con el pobre hombre asomado al tercero. Él, Santi, un armario ropero rubio fiestero y encantador es el único que intenta, y consigue, tranquilizarle. Sube la policía, los paramédicos, bajan con el tipo que ha decidido ir por su propio pie al hospital. Se van todos.
Apago el cigarro, bajo la persiana. Chigurh dispara.
Antes de vivir en este barrio solía ser una persona normal.

9 comentarios:

  1. Pues un viva p´al Santi.
    A veces los fiesteros son los más solidarios.
    Son menos convencionales.

    ResponderEliminar
  2. Hola, Maeve, he venido a conocer tu blog y debo decir que me ha encantado, así que volveré.
    Un rampyabrazo.

    ResponderEliminar
  3. RAMPY
    Encantada de tenerte por aquí, te devolveré la visita ;)

    Actualizació
    El pobre vecino está, al parecer, en restro domiciliario, no puede salir a la calle, ni al bar, ni a pasear, ni a por el pan, y lleva así meses...curiosa manera de ahorrar dinero al sistema penitenciario.

    ResponderEliminar
  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  5. Acabas de recordarme nuestra común admiración por Cormac McCarthy. :)

    Me gusta cómo lo cuentas, cómo mezclas al inicio la película con la realidad, el toque de humor...

    Y del suceso, me quedo con lo ordinario que puede ser lo extraordinario, dependiendo de los ojos que lo ven. Así es la vida.

    ResponderEliminar
  6. Buscador
    Gracias :) , aunque sospecho que me estás leyendo con buenos ojos.

    La vida es muuuuy rara. Pero mucho, y cuantas más cosas ves más te conveces de lo rara que es.

    ResponderEliminar